Tuvo que ser Rüdiger, un central metido a delantero, el que derribara el muro que Javier Aguirre le plantó al Real Madrid. Mal partido del equipo de Ancelotti, lento, sin ritmo y con un juego previsible. Vinicius regresó como titular y dejó destellos en la hora que estuvo sobre el césped, aunque la salida de Brahim agitó al equipo madridista.
Ancelotti estrenaba su flamante renovación hasta 2026 con una alineación sin grandes sorpresas. Vinicius iba de la enfermería al once sin pasar por el banquillo porque el Real Madrid le necesita pronto y la mejor forma de ponerse a tono es jugar. También regresaba Carvajal, otro de los que se perdió los últimos partidos previos al parón y al que Carletto, con todo su cuajo, ha bendecido hasta como central.
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— okdiario.com (@okdiario) December 25, 2023
No había grandes sorpresas en el resto, más allá de que Lunin parece haberle ganado el pulso de la portería a Kepa. Por delante del ucraniano, el citado Carvajal y Fran García en los costados con Rüdiger y Tchouaméni, central por necesidad porque a la fuerza ahorcan, en el eje de la zaga. A falta de Camavinga y con Tchouaméni desplazado de sitio, Ancelotti no tenía más remedio que repetir el centro del campo de los últimos partidos: Kroos y Valverde en el pivote con Modric y Bellingham por delante. Arriba, lo dicho: Vinicius y Rodrygo, la pareja de brasileños que volvía a reencontrarse en el Bernabéu.
Enfrente el Mallorca, un equipo de esos que rasca como una servilleta del Mercadona o como la barba de Sergio Dalma. Los de Javier Aguirre primero pegan y después preguntan, porque el mexicano es un maestro en aquello que Camacho bautizó como «el otro fútbol». No parecía un repleto Bernabéu el mejor escenario para ponerse a sacudirle al Real Madrid. O sí, porque apenas 20 segundos tardo Van der Heyden en sacudirle un codazo en la cara a Carvajal por el que vio una amarilla más justa que el vestido de la Pedroche.
Se atasca el Real Madrid
Fue un aviso, una carta de presentación del partido que le esperaba al Real Madrid. Por si fuera poco, el Mallorca apretó muy arriba la salida de balón de los blancos. Ancelotti y sus jugadores un visitante tan osado, así que les costó entrar en el partido. Era evidente que los de Javier Aguirre no iban a sostener ese ritmo mucho tiempo.
Le costó entrar en el partido al Real Madrid, que trataba de encontrar sin éxito a Vinicius entre las emboscadas que tendían los jugadores del Mallorca. Transitamos por el primer cuarto de hora también sin noticias de Modric ni Bellingham. Los de Ancelotti manoseaban la pelota con el ritmo cadencioso y doliente no ya de una cabalgata de Reyes sino de un paso de Semana Santa.
El partido se les hacía bola a los de Ancelotti, incapaces de encontrar la salida al laberinto de Javier Aguirre. Hubo que esperar hasta el 19 para encontrar la primera ocasión del Real Madrid. La tuvo en sus botas Vinicius, que recibió un pase filtrado por Modric pero el pie de Rajkovic en el mano a mano evitó el tanto.
La ocasión fue un espejismo porque el Real Madrid seguía con el cotillón. Vinicius y Rodrygo hacían la guerra por su cuenta y hasta se echaban miraditas como las que me echa mi mujer cuando no recojo la mesa. Pero está claro que Vinicius es medio equipo en ataque. Volvió a demostrarlo en el 36 cuando una maniobra individual la abrochó con un disparo seco desde fuera del área al que respondió Rajkovic con una imponente palomita.
Sustos del Mallorca
Del susto se repuso el Mallorca con un ídem. Lo sufrió en sus carnes Lunin, que vio cómo Antonio Sánchez remataba a bocajarro de cabeza y su testarazo se estrellaba contra el larguero. Por suerte para el Real Madrid, botó fuera. Fue el primer y último aviso visitante antes de que nos fuéramos al descanso con un Bernabéu que dormitaba entre el aburrimiento y el enfado. Le sobraban los motivos porque el colegiado perdonó la segunda amarilla a Van der Heyden en los minutos finales de la primera mitad.
Tanto que Javier Aguirre le quitó en el descanso para evitar males mayores. Del entreacto regresó el Real Madrid con la misma pereza con la que había comenzado el duelo. Tanto que Lunin, otra vez dubitativo en la salida, metió el miedo en el cuerpo al Bernabéu. Luego llegó en el 52 una falta directa de Kroos que se marchó arriba. Y un minuto después de nuevo el Mallorca se topó con el palo, esta vez fue Samu Costa el que vio como el poste izquierdo de Lunin repelió su disparo cruzado.
La caraja del Real Madrid era de campeonato. El tercer aviso lo dio Antonio Sánchez. La tuvo en el 56 con un centro al área que remató a placer pero estrelló contra el techo del Bernabéu.
Una hora para Vinicius
Poco tardó Ancelotti en retirar del campo a Vinicius, más por precaución que por voluntad propia. Jugó una hora como estaba previsto para ir recuperando sensaciones. Entró en su lugar Brahim, que ha cumplido de sobra en ausencia del brasileño. Luego entró Joselu por Kroos en busca de un ariete que encontrara el hueco en el muro de Aguirre. Pero al Real Madrid se le apagaba la luz cada vez que se asomaba al área del Mallorca.
En el 68 Brahim tuvo en su cabeza el 1-0 tras una acción individual de Rodrygo que abortó con una buena mano Rajkovic. El cabezazo a bocajarro del malagueño se estrelló contra el poste cuando lo más fácil era meterla. Aguirre oxigenó a su equipo con tres cambios de golpe para resistir las acometidas finales del Real Madrid.
Los blancos lo hicieron a empellones con más desesperación que acierto. Brahim ponía las ganas y la excitación que les faltaban a sus compañeros. Pero para excitación y ganas las que puso Rüdiger en el 78 cuando emergió para cabecear con la sien un córner botado por Modric. Su remate, bombeado y venenoso, se coló por la escuadra y desató la locura en el Bernabéu y entre sus compañeros, que lo celebraron con una tunda de (cariñosos) soplamocos.
El Real Madrid encarrilaba un duelo que se le había atragantado como un bocadillo de polvorones. Con el partido encarrilado Ancelotti metió a Ceballos por Modric y a Lucas Vázquez por Rodrygo. Era ya el 85 y su equipo tenía que guardar la ropa más que nadar. Lo hizo a pesar del sufrimiento postrero por el empuje del Mallorca y se llevó tres puntos feos y valiosos para abrochar la primera vuelta como líder de la Liga.